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BIOMAGNETISMO INTEGRAL SISTEMA AZULCAMET®

Como profesional de la Biomagnética, he aplicado la terapia con imanes desde el año 1997 a la fecha, respetando todo lo enseñado por mis predecesores, a quienes admiro por su condición de pioneros.  Durante muchos años, en el marco de mi consultorio, apliqué la terapia con imanes, siguiendo las enseñanzas de mis maestros.  Esta práctica realizada en forma continua, me permitió crecer profesionalmente. Las numerosas experiencias en el tratamiento de casos complejos me condujo al desarrollo de un nuevo método, enfocado mayormente a la búsqueda de la causa de la enfermedad,  como principal objetivo.  

 

Durante los primeros años de mi práctica en la aplicación de imanes,  había notado que los tratamientos generales, enseñados por los pioneros, eran eficaces y se lograba un buen balance de la energía física.  Pero esto no era suficiente para eliminar la causa de la dolencia. Por tal motivo, he dedicado mucho tiempo a la investigación del campo eléctrico generado por imanes y su relación con el medio acuoso en el cual se desarrollan las funciones orgánicas.
El nuevo sistema terapéutico Azulcamet ® se diferencia de otros métodos de aplicación de imanes por sus principales postulados.  Consideramos que  la enfermedad se inicia como un desorden eléctrico y nos basamos en los siguientes principios avalados por la Física y la Biología:

 

  • La corriente eléctrica generada por los dipolos de uno o más imanes conduce cargas.

  • El tejido nervioso es conductor de la electricidad.

  • La conductividad electrolítica en medios líquidos o “disolución”, está relacionada con la presencia de sales en solución, cuya disociación genera iones positivos y negativos capaces de transportar la energía eléctrica cuando se somete el líquido a un campo eléctrico. Estos conductores iónicos se denominan electrolitos.

  • Las cargas inducidas se trasladan por vías reflejas produciendo activación o freno, por su influencia  sobre el Sistema Simpático y el Parasimpático.


La Ciencia ha comprobado que los desequilibrios del nivel eléctrico se manifiestan antes que los cambios químicos en el organismo. El cambio en la señal eléctrica influye sobre el metabolismo previamente y tiempo después comienza el desorden que denominamos enfermedad.  Cuando el desequilibrio a nivel eléctrico se detecta tempranamente, se puede frenar la reacción en cadena que luego se dispararía en los niveles químicos.


Para elaborar nuestros actuales protocolos de tratamiento, hemos tomado en cuenta que el sistema nervioso es un complejo entramado de conexiones, que transmite información desde el cerebro al resto del cuerpo y recibe comunicaciones desde sus terminales, distribuidas en todo el organismo. Cuando la comunicación se distorsiona, los músculos dejan de responder apropiadamente, se tensionan y, además de provocar dolor, afectan negativamente al resto de los procesos metabólicos. Por falta de comunicación, la sangre se estanca y disminuye la oxigenación. En sus primeras manifestaciones, aparece como algo sin importancia, puede asemejarse al estado de cansancio, falta de energía, molestias difusas, es el comienzo de un desorden en el sistema eléctrico del cuerpo.              El método de tratamiento por Biomagnetismo Integral AzulCamet ® se distingue por su preferencia en la terapéutica con imanes pequeños, aplicados sobre la superficie de la piel, que actúan sobre los puntos de pasaje de nervios y arterias. Además, nos especializamos en la prevención de las enfermedades, atendiendo con buenos resultados al sistema de red eléctrica del cuerpo.


Consideramos que la interrupción de la señal nerviosa  es la causa del desorden y puede dar origen a las disfunciones orgánicas, que se presentarán como desequilibrio bioquímico y baja inmunidad, con posterioridad. Cuando el paciente recibe tratamiento durante el estadio eléctrico de la enfermedad (primeros síntomas), ésta detiene su curso y el paciente recupera su salud rápidamente. Pero si el enfermo se encuentra en el estadio químico (enfermedad crónica), demandará mayor tiempo de tratamiento hasta recuperar el orden perfecto del organismo.
La efectividad del tratamiento con imanes de campo fijo se explica por la generación de un campo eléctrico, que actúa sobre la conductividad eléctrica propia de los seres vivos. Se debe a la capacidad que tienen las sales contenidas en los fluidos orgánicos, electrolitos, para conducir la corriente eléctrica. Los fluidos están compuestos por agua con sales disueltas. Los iones cargados positiva y negativamente son los que conducen la corriente. Los imanes de campo fijo, por su condición de “campo magnético envasado”, generan un campo eléctrico al tomar contacto con las terminales nerviosas a nivel superficial, aumentando la conductividad del tejido nervioso.

A partir del año 2004, presentamos nuevos protocolos que se diferenciaron de los anteriores, popularizados por los precursores de la Imanterapia. Se fue gestando un sistema terapéutico, que luego de otros cuatro años de investigación, fue compartido abiertamente con los alumnos de la Escuela Círculo Azul Camet. Estos protocolos van más allá del objetivo de alivio de los síntomas y la consecuente analgesia.  El nuevo sistema terapéutico está enfocado al tratamiento de las causas, que generan las enfermedades.


Con bases en la Neurofisiología, desarrollamos un método de aplicación de imanes sobre la piel. Permanecen adheridos durante varios días, en determinados puntos de la columna,  en coincidencia con la cadena de ganglios linfáticos.  Las respuestas son inmediatas,  se refieren cambios de temperatura en regiones, alejadas de la zona de dolor, alivio de las molestias locales, relajación general, liberación de tensiones musculares y sensación de bienestar.

Alrededor del año 2006, comenzamos a practicar un nuevo método, para conocer la respuesta individual al contacto con los imanes. La prueba consiste en la observación de las reacciones neurovegetativas, que se producen al tomar contacto con imanes en la palma de las manos. Es orientativa para el profesional que la aplica pues le permite conocer, por las manifestaciones reflejas y cuáles son los plexos nerviosos que presentan alteraciones significativas.


 Este método permite conocer la resistividad individual y el número ideal de sesiones para cada paciente. En la aplicación de los protocolos de tratamiento, se toman en cuenta ciertas variables, tales como la potencia y la masa de los imanes. La conductividad eléctrica es la medida de la aptitud de un material para permitir la libre circulación de la corriente eléctrica, es la inversa de la resistividad. La alteración de la resistividad eléctrica no es considerada patológica en sí misma pero marca la diferencia en cuanto a los efectos del tratamiento por aplicación de imanes. Cuando la resistividad es alta, se altera el paso de la circulación sanguínea en la zona.

Así como los síntomas clínicos que manifiesta un paciente orientan al médico, las alteraciones de la conductividad  nos orientan para conocer la respuesta del sistema neurovegetativo. Por este motivo, comenzamos las sesiones con la Prueba  Bioeléctrica Azulcamet® (PBA),  que nos permite verificar la resistividad eléctrica individual. Esta prueba es independiente del diagnóstico clínico, realizado por los profesionales de la Medicina.

En esta prueba, se aplican imanes en contacto con las palmas de las manos y se obtienen respuestas neurovegetativas. Son evaluadas las sensaciones, tales como los cambios en la temperatura de las manos, los pies y la cara. Puede generar relajación o sensación de inquietud con aumento del ritmo cardíaco. La localización y el tipo de respuesta guardan relación con los síntomas de cada paciente. Puede presentarse parestesias, ardor, náusea, cefalea, mareo, flojedad, que cesan inmediatamente al retirar la mano del contacto con los imanes. En algunos casos, se verifican sensaciones punzantes o aumento del dolor en una región con antecedentes de fractura o con secuela de esguince. Esto marca un punto del trayecto del nervio donde hay una interferencia. La interpretación de las respuestas está basada en el conocimiento de las vías nerviosas.


Conociendo el nivel de resistividad eléctrica individual, se puede verificar si un individuo es conductor, semi-conductor o resistente a la electricidad. Este dato nos permite dar indicaciones más precisas en cuanto a la ubicación de los imanes que dejaremos aplicados. En cada caso, se determina cuál es la intensidad, la frecuencia y el tiempo óptimo para obtener resultados. Los pacientes con alta resistencia a la electricidad suelen tener una respuesta más lenta en su proceso curativo y contrariamente, los pacientes de baja resistencia eléctrica sanan rápidamente. En dichos casos, es conveniente colocar imanes de menor intensidad,  para obtener mejores resultados.


La PBA se practica en tres pasos consecutivos de dos o tres minutos de duración. Se aplican imanes en las terminales nerviosas localizadas en las palmas de las manos, comenzando por una de sus combinaciones posibles:

 

 

  1. Polo negativo en la mano derecha y viceversa en la izquierda

  2. Polo positivo en la mano derecha y viceversa en la izquierda

  3. Polo negativo en ambas manos.


Cada persona manifiesta reacciones particulares, que pueden ser agradables o lo contrario, localizadas en distintos niveles del cuerpo. Estas varían desde la sensación local de un cambio en la temperatura, pasando por otras tales como  mareos, náusea, relax, nerviosismo, aumento de la nitidez visual, prurito, aceleración del pulso, sueño, etc.


La interpretación de las señales requiere conocimientos básicos de Neurofisiología para entender las diferentes vías de conducción y qué órganos se relacionan con ellas.

En el año 2009, se produjo el mayor cambio en la terapéutica Azulcamet® , sumando los conocimientos provenientes de la Geometría Sagrada y su relación con las formas.  Comencé a prestar atención a la importancia de la “frecuencia vibratoria” de los órganos y la armonía del conjunto. Comprendí que un organismo vivo necesita estar “afinado” para vibrar en consonancia con el universo y recuperar su salud total. En los nuevos protocolos, se toma en cuenta la ley del número y la importancia de la trilogía, lo que se relaciona con  la particularidad tripolar de los imanes (negativo, positivo y punto cero).


En esta síntesis de conocimientos provenientes de la Física, la Filosofía y la Biología, anidó el nuevo sistema Azulcamet ® de Biomagnetismo Integral y fue creciendo exponencialmente, a medida que se presentaban casos, cada vez más complejos.
Estos protocolos más recientes comenzaron a aplicarse en primer lugar, en los casos de dolor crónico en la espalda y en las articulaciones de hombro, que no cedía a otros tratamientos. La columna vertebral, por su relación con el sistema nervioso autónomo, fue la protagonista de los tratamientos y allí se aplicaron los primeros protocolos, denominados <Geoma>, compuestos por varios imanes, formando variadas figuras geométricas. La mayoría de los imanes aplicados miden 55 mm de diámetro y el paciente se recuesta encima de ellos, en posición decúbito dorsal.  El más conocido es el    <Geoma 440>,  que fue creado para atender el caso de una paciente que padecía dolor intenso, motivado por su esclerosis subcondral y trastornos viscerales relacionados con los nervios afectados en su columna. Este primer Geoma de ocho imanes, formando una línea recta, se ha convertido en la herramienta más popular de nuestro actual sistema terapéutico.

Graciela Pérez Martínez
Fundadora del Círculo Azul Camet
Para la Enseñanza del  Biomagnetismo Integral
www.terapiabiomagnetica.com.ar

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